Nos referimos básicamente a todas aquellas partes de la construcción para las que el propietario no ha solicitado rehabilitación, pero que, de no actuar ante las patologías que presentan, provocará que se produzcan deterioros en la fachada a corto plazo.

Si detectamos síntomas de una impermeabilización defectuosa, debemos solucionarla con anterioridad a los trabajos de renovación de la fachada, ya que puede deteriorar rápidamente las partes de la fachada en contacto con las filtraciones de agua (partes altas de edificaciones comunitarias, bajos de balcones, repisas de ventanas, etc).

Es recomendable sugerir a la propiedad la reparación e impermeabilización antes de proceder a la rehabilitación.